Tampoco Estaremos Ahí: octubre 2008

ASI NO VOY A NINGUNA PARTE

Sábado, 9:00 AM

"Llévelo, nomás. Pruébelo... y cualquier cosa, me avisa..." Luego de una hora de hablar con el mecánico, de pagarle y de escuchar sus mil doscientas respuestas a mis cuatro mil ochocientas preguntas, me subo (por fin) a "El Castigador", dando fin a casi un mes de parto lento en el taller.

Salgo despacio, para probarlo. El listado de reformas es largo, así que - como diría Tru-Chan - algo "puede fallar". La factura tenía varios renglones: "Reforma de dirección, tren delantero, elásticos, amortiguadores, rectificación de campana de frenos, cambios de cintas, defensa delantera" y algún etcétera. El Jeep acelera y frena. Dobla y no vuelca. Arranca y para. Suficiente para mí: test drive aprobado. Me entusiasmo, paso por una casa de autopartes y compro cinturones de seguridad y el espejo que me arrancaron la noche anterior de meterlo en el taller,
haches de pé, ahora van a ver cómo va a quedar y al que me lo toca le corto los dedos...

Sábado, 13:12 PM

Paso a buscar a Lorena, la patrona, para brindar con Quattro Pomelo en un "Carrito” del Parque de Mayo, esa especie de Palermo con poco césped. Nos comemos un lomito y porque estamos felices, le agregamos morrón. Uno estaciona la máquina al frente de esos bolichitos, uno mira a "El Castigador" y éste me mira a mí. Comento que encontré la sede del futuro grupo jeepero de la Bahía, que las reuniones van a se ahí mismo, porque está bueno comer lomito con morrón y tener el Jeep a la vista. Soñamos nuevos arreglos, imaginamos viajes.

Sábado, 13:55 PM

Bautismo de barro. Anoche llovió, luego de siete meses de sequía, una señal de Dios. Salimos del Parque y nos mandamos por una huella precaria que va paralela a una vía abandonada, ya saliendo de la ciudad. Agarro todos los charcos al medio, salta el barro, embadurna el parabrisas, patina el Jeep, se mancha la camisa blanca de Lorena, me putea. Tiene el cumpleaños del sobrino un par de horas después y ya se creía cambiada. La dirección, los frenos y todas esas cosas que dice la factura "B" consumidor final responden de maravillas. Todo es alegría, pero la alegría es sólo mía. La patrona dice cosas como "si hubiera sabido que íbamos a hacer esto, me ponía otra cosa" y se sacude costritas de barro de las mangas y los volados.

Sábado, 14:23 PM

Salgo del barro, feliz. Canto la canción de Los Guarros "Ooohhh.... vamos a la ruta". Le hago caritas de Javier Calamaro a Lore, principalmente para distraerla del manchón de tierra que le quedó en el cuello. Me acuerdo del skecht de Capussotto "El Boludo Que le Hace Caritas a la Mina Mientras Baila". Me callo. Salgo de la huella y tomo "La Carrindanga", camino pavimentado que se puede llamar "ruta" y que es usado por todos los que quieran probar un auto por su carácter de desierta. El 221 me pide velocidad, se la doy. Primera (brrrrr...!!)... Segunda (Brrrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!!!!!)... Tercera (¡¡¡BBBBBRRRRRRRRR!!!!!). No tengo más cambios. De todas maneras, nos parece que el Castigador vuela. Tal vez vayamos apenas a sesenta (¿cómo saberlo?, el velocímetro no anda), pero al menos la gordis se olvidó de la puta camisa. Ya todo es alegría, otra vez.

Hasta que... ¡¡TUCK!! Un golpe sordo, allá por el tren delantero.

-"Qué fue eso?"- pregunta Lore.
-"No sé, fue un golpe sordo" - contesto
- "Y eso... ¿es normal?"
- "No, es sordo" - concluyo.

El "¡¡TUCK!!" se convierte en "¡¡TACK!! ¡¡TACK!! ¡¡TACK!!" y el Jeep empieza a vibrar todo, como el Apolo 13 entrando a la atmósfera. Houston, tenemos un problema. Freno. Nos bajamos. Miramos abajo. Miramos arriba. Abro el capot y miramos adentro. Recuerdo que no tengo una puta idea de mecánica. Además, está todo lleno de barro. Miro otra vez abajo, el eje, la dirección, ese vecindario. Parece estar todo lo que figura en la factura. Donde hay un agujero está un tornillo y del otro lado, una tuerca. Eso es bueno.

Sábado, 15:05 PM

Se confirma que "La Carrindanga" es una ruta desértica: no pasa un alma. Tomo coraje, arranco el Jeep y lo echo a rodar. Andando despacio no pasa nada, en cuanto lo acelero un poco aparece el terrible "¡¡TACK!! ¡¡TACK!! ¡¡TACK!!" . El Castigador se sacude como en una coctelera. Bajo la velocidad y vuelvo despacio a casa.

Sábado, 16:30 PM

Casa. Agarramos el 147 y dejo a la patrona en el cumpleaños del sobrino, que ya está terminando. La turra de la cuñada le señala el manchón de barro seco en el cuello. Como diría Capusotto en "El Boludo Que le Hace Caritas a la Mina Mientras Baila"... hoy no la pongo.

Saludos!!