En un grupo de tipos bastante creciditos las decisiones debieran ser producto de sesudas elucubraciones, análisis profundos e intercambios maduros y democráticos de ideas.

Si alguien tiene un grupo así, por favor me invita. En el caso de la Peña de "Tampoco..." las cosas salen porque salen, los mejores planes se liberan a la buena de Dió y si es que vamos a determinado lugar es sólo porque a uno se le ocurre y al resto le da lo mismo. Prueba de ello es que una vez terminamos comiendo pescado crudo (sushi, bah...) porque no nos pusimos de acuerdo con la pizzería (lo siento: no puedo olvidar la noche en que tuve el hambre más caro de mi vida).

Milagrosamente estuvimos en el Dakar, como venimos dando cuenta hace rato. Y, milagrosamente también, las cosas salieron más o menos como tenían que salir, es decir: fuimos, nos alojamos, vimos autitos, motitos y camioncitos y nos volvimos. Por supuesto que parte de la logística (como por ejemplo, el hotel) la organizó alguien ajeno a la Peña y suponemos que por eso salió bien (grande, Pablo!). Es cierto también que pasamos la mitad del tiempo perdidos por la Pampa y la otra mitad decidiendo para dónde ir, pero en el fondo, salió todo a la pelusa.

De todas maneras, más allá de las complicaciones, no puedo quejarme: calculo que con todo esto el Blog tira todo el año.

DE A POQUITO... ¡¡MÁS VIDEOS!!